martes, junio 05, 2007

Satanás, la película.

Espeluznante, sórdida, aterradora, pero tan real como las calles donde la lluvia no cesa y el odio se instala primero como una simple gripe y luego como el más apocalíptico de los virus. Es un thriller psicológico excelso para nuestra ya no tan incipiente filmografía. Qué bueno para Andrés Baiz, un caleño muy joven y de esos cerebros fugados que regresó para pisar con pie derecho y con su ópera prima. Qué bien además para Tucán Producciones y Rodrigo Guerrero que sigue fielmente los principios del Mono Osorio, ese productor que nos dejó casi huérfanos al irse a rodar su último largo. Hace algunos años hice una fila larga para que Mario Mendoza me diera su autógrafo en la portada de su novela Satanás premiada por Seix Barral en 2002, allí me escribió algo que sigue andando en mi cabeza todavía hoy cinco años después: “en este libro puse todos los personajes que encarnaron, para mí, la presencia del mal”; ahora traigo a cuento estas frases porque si ya Mario Mendoza nos había hecho revolcar las entrañas con la reconstrucción de los hechos brutalmente protagonizados por Campo Elías Delgado el 5 de diciembre de 1986, hoy la película de Andrés Baiz nos pone a temblar desde la escena de apertura hasta la escena del desenlace. Aquí sí vale entonces la frase ya manida y harto utilizada: una imagen, vale más que mil palabras. No importa que no lo hayan contado, que Mario Mendoza haya escrito una muy buena novela sobre la presencia del mal y que de vez en cuando nos narren historias sobre los sobrevivientes de la masacre de Pozzeto, lo que realmente impresiona ahora es el estupor, la angustia y el dolor que causan una escena tras otra en esta mirada de los hechos. Siempre se dice que nunca una adaptación supera las páginas de una gran novela, pues aquí no aplica; y no porque la supere, si no porque es una nueva manera de ver de los hechos, una narrativa fílmica clara y en verdad impecable, comprometida, irreverente, tanto, como el personaje de Marcela Valencia que lastimosamente no aparece en los créditos iniciales y hace una de sus mejores interpretaciones. Y la lista empieza sin poder terminar rápidamente. Blas Jaramillo como el padre Ernesto, sin palabras, el actor que hace algún tiempo me dejó con la boca abierta y los “pelos parados” con su interpretación de Ricardo III, en cada uno de los personajes que encarna es tan asombroso que deja sin habla. Y qué decir de Damián Alcázar, el mexicano que se confunde con cualquier transeúnte del altiplano y encarna a Eliseo, el mayor mal en la historia, en nuestra historia. Hay que verla, no sólo por el deseo morboso de reconstruir los hechos y saber dónde cayeron las víctimas de un hombre cegado por la violencia, el desarraigo y la amargura, hay que mirarla despacio para pensar en la raíz de nuestro mal, ese que sale a flote cuando la gente ríe a carcajadas en el momento en que el padre Ernesto golpea con fuerza a un indigente que se le atraviesa con asedio para pedirle algo de comer, o cuando la maravillosa Teresa Gutiérrez que interpreta a la madre, le exige a su hijo Eliseo que no le vaya a pegar como seguramente ha intentado hacerlo sin nunca lograrlo, hasta que se llena de fuerzas y la ataca certeramente antes de ultimar a más de 22 personas que representaban para él, Campo Elías o Eliseo, tal vez otro Travis, tal vez Jekill, o Cho Seung-Hui, tal vez cualquiera que convierte todo su odio en muerte y desolación.

4 comentarios:

Ragnarok dijo...

Profe, excelente película totalmente deacuerdo, pero yo me pregunto ¿por que ninguna peliula Colombiana puede ser buena de inicio a fin? lastimosamente el final leido no me gustó, pero las ayudas visuales (Hormigas) abren las puertas para nosotros, para que nos dejen jugar con todas aquellas telarañas que tenemos en la cabeza.

Camilo Mechudo(Machado)

Juan Lorza dijo...

adri, soy de los que pienso que el libro supera la película. Cuando lei el libro hace como 4 años, Satanas me hizo sentir miedo; Satanas me hizo excitarme cuando el padre tenía relaciones; Satanas me hizo sentir emoción por ese pintor que en los retratos veía un futuro macabro en sus retratados; Satanas me hizo estremecer cuando ne termino solo con la masacre, sino que terminó con esa niña endemoniada que camina por Bogotá y al fondo se ve el lugar de la masacre, esa metafora del libro es un final inquitante; diferente!!!

Creo que la pelicula carece de dilemas, UN PADRE PEGANDOLE A UN MENDIGO, Y EL MENDIGO NO LE RESPONDE, JAJAAJAJAJA!! POR DIOS!! ESTO ES COLOMBIA!!! en el libro el mendigo arrincona al padre y tiene los ojos endemoniados, si quiza este sea otro lenguaje pero.....¿donde está el contexto?

la música fatal!!! esos acordes de guitarra se los dejamos a Iñarruti

yo he visto la pelicula dos veces ya, la he comparado con el cine de iñarruti, por ejemplo, Amores Perros...en esa hay contexto, hay un Mexico, en estas no!! un padre no hace visitas de noche a una reclusa....y ese recurso, que parecia buenisimo, el de la reclusa, se queda corto, ella debio ser el simbolo de una maldad que sobrepasa cualquier explicación lógica....yo la verdad adri quede decepcionado!!! quiza funcione, y quiza a mucha gente le encante la película, yo la verdad no quiero ver más finales donde se cierre con la muerte sin decir algo más....el libro lo hace, la muerte es el cierre pero no es el fin!!! Satanas anda suelto por ahi y puedo ser yo, puedes ser tu, puede ser Andi Baiz...eso me dejo el libro, la pelicula no!!

Cristhian Carvajal dijo...

Adri, la verdad la sensación que me quedó fue muy similar a la de Lorza. En ambos (la película y el libro) el final no es el mejor, pero la sensación en general al leer el libro es abrumadora, sórdida e inquietante... sin embargo, la de la peli no fue más que un mal gusto por haber visto un enredo de imágenes sin conexión y contexto, donde nunca sentí que habían tres historias sobre el mal.

La verdad, Satanás la película es muy pobre y, al igual que lorza, me decepcionó.

azulquitapenas dijo...

Juanca y Cristhian, sigo pensando que me desestabilizó mucho la película, la fui a ver completamente desabrochada de la novela, reitero que es otro lenguaje muy distinto, y al contrario, esas escenas que pueden ser inconexas siento que son precisamente esas "conjeturas" de las que hablaba mi adorado maestro Carlos Mayolo, son esas presencias del mal en planos, en sobresaltos con cada escena, en la mirada de Eliseo que llena de pánico. Hay por ejemplo una escena de la novela que fue calcada en la última versión del guión y es la de la muerte de la madre, pero el maravilloso Alcázar con sólo agacharse y tomarle la mano a la mujer que acaba de fulminar, lo cambia todo. Lo maravilloso del cine es todo lo que puede generar, rabia, dolor, varios no rotundos y otros sí, de aprobación. Entonces, que viva el cine porque despierta todo esto.

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