Ayer dieron la noticia y por eso desde anoche me rondaban en la cabeza algunas palabras enrevesadas acerca de la segregación y el ostracismo, y todos los ismos que no son más que necesidades extremas de figurar y sentar precedentes, por eso se hacen marchas, por eso las campañas excluidoras, por eso los fanatismos que llevan muchas veces a los errores más crasos en la historia. Esta mañana escuchando a Diana Uribe, sin ella querer, obvio porque hablaba sobre las luchas de los negros, el absurdo racismo y la segregación, me regaló esa necesidad de pronunciarme. La causa puede que no tenga nada de justa, la razón podrá ser cula, absurda, tonta, dañina, pero es una causa. Ayer fue finalmente aprobada la ley que prohíbe fumar cigarrillo en los establecimientos públicos y se le dio plazo de seis meses a todos los establecimientos para ubicar un lugar especial y gregario para nosotros, los fumadores empedernidos, a los que ninguna empresa, ni los chicles, ni la fuerza de voluntad, ni un pulmón atestado de nicotina, les sirve porque somos, sin más, viciosos y autodestructivos. Lo más complicado para los fumadores es que no podemos ocultar nuestro vicio, nos acompaña en la mesa de noche, en el baño, después de comer, con el cafecito, con los amigos que cotorrean y fuman igual, cuando escribimos, cuando pensamos, cuando leemos y en fin.
Con los años ha aumentado esta segregación, en el único país donde he estado y al contrario de la guerra espantosa hay un mejor lugar para nosotros es en Cuba, ahí sí se puede fumar en lugares públicos, en lugares con techo y no techo, en los restaurantes, en los bares, en la Bodeguita, en el Florida, en las calles de la Habana vieja, en el aeropuerto donde hay ceniceros grandísimos en toda parte, no sólo porque son el país productor de los mejores habanos, si no porque seguramente les da la gana fumar y ya. Vaya uno a saber, por qué, pero surge inmediatamente la comparación, pero en el país de los sueños, donde se crearon los mayores estereotipos de hombres aventureros con sombrero, mirada “profunda y azul como el firmamento” y el infaltable cigarrillo con la inconfundible banda sonora se fondo, como ya todos lo saben es imposible fumar, pero siguen siendo también grandes productores de tabaco y sus famosos cigarrillos.
domingo, junio 01, 2008
Por un cigarro más
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1 comentario:
Tienes razón, me ha gustado mucho tu texto. Y en general tu blog. Llegué aquí buscando información acerca de Roberto Vallarino, el poeta.
Ojalá podamos platicar un día. Dejar recaditos por aquí me parece algo incómdo.
Que estés bien!
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