miércoles, abril 16, 2008

Va a ser muy difícil superar esta película, va a ser muy difícil que no se abra una brecha en la historia de la ya no tan incipiente industria del cine en Colombia, con un relato tan apabullante y tan perturbador como este. Será igualmente difícil, olvidar el rostro de los maestros de la Universidad del Valle que con los ojos llenos de asombro aplaudieron a sus alumnos la noche de ayer en los teatros de Chipichape en Cali, cuando se proyectaba la premier del largometraje Perro Come Perro, maestros como Óscar Campo, Antonio Dorado y Luis Hernández, sonreían orgullosos al admirar el trabajo impecable y poco fácil de eclipsar, de Carlos Moreno, director y guionista, Diego Ramírez, Productor, Juan Carlos Gil, Director de Fotografía y Diego Jiménez, el Camarógrafo de la película. Y cómo no, quién podría dejar de pensar en cada interpretación que sepultará por siempre el espejismo de los críticos que hasta le darían su alma al diablo para tener uno de los tantos segundos de brillo que tienen los actores principales de una película y por eso se atreven a decir que lo que no nos ha permitido despegar es el mal que nos ha hecho la televisión y que los actores no hacen otra cosa que reproducir las estrategias televisivas.
Querían “una actuación cinematográfica”, si es que se puede sustentar una falacia como esa, porque no se actúa para un medio u otro, se interpreta un personaje, se encarna, se transpira, querían algo memorable para tener de qué hablar durante un buen rato, pues aquí las tienen a granel. “El agrio” Víctor Peñaranda, entraña y entrega pura de Marlon Moreno Solarte, no merece un premio en el Festival de Cine de Guadalajara, los merece todos. Pasará mucho tiempo antes de que, como espectadores, podamos olvidar esa mirada oscura y llena de dolor de Peñaranda, porque la hace y la tiene que pagar. Luego causa mucho dolor que ya no podamos volver a ver en estrenos cinematográficos al majestuoso actor Blas Jaramillo, él, que lograba hacer cimbrar hasta las últimas células con su Ricardo III en Mapa Teatro y que lastimosamente murió hace pocos meses de una pancreatitis; en Perro come Perro, me atrevo a afirmarlo, puede llegar a ser comparado con lo que sucederá en los espectadores con la aparición del Guasón de Heath Ledger en la nueva película de Batman que será estrenada para el verano. El Sierra de Álvaro Rodríguez que aparece siempre para aliviar las tensiones y darle toda esa cuota de humor negro que desbordamos en cada una de nuestras esquinas ante esta perra vida que circunda las calles desvencijadas y centrales. Y el Benítez de Óscar Borda, que huye de la magia negra, del maleficio por “cargarse” a quien no podía ni debía. Ellos, en medio de la ambición, el calor, el desorden, en medio de los dólares que se untan de la mierda de perros callejeros y de la sangre humana que reclama venganzas, porque ya lo saben, el que la hace la paga. Pero en este caso no, somos nosotros los que tenemos que pagarla, haciendo más cine, como éste, con corazón, con entraña, con entrega, con disciplina, con historias crudas, pero reales, nuestras. Se necesitaba en esta incipiente industria una historia que impactara, que de la más sencilla localidad se hiciera universal, aquí la tenemos; se exigía calidad técnica tanto en la imagen como en el sonido, aquí también nos podemos más que deleitar y si a eso le sumamos la exquisita banda sonora, ¿quieren más? Lógico, que cumpliera las exigentes cuotas de pantalla, estoy segura de que las va a cumplir, que además se pasee por alfombras rojas internacionales y la adoren la crítica y la gente del común. Revisen con tino el póster promocional y sabrán en cuántos y pocos festivales ya ha estado antes de su estreno nacional que será este 18 de abril. Ahí está, todo eso que tanto se añoraba, por eso será tan difícil superarla, “a las reglas nos tenemos que someter”, los realizadores de Perro come Perro nos las imponen desde el estreno, el cine como expresión de nuestra dura y despiadada realidad, con personajes e historias auténticos, el cine con todo su esplendor, con súper estrenos y Superlitio en vivo, por si fuera poco, y de seguro se quiere más, pero como lo dicen ellos... los perros... calmáte, no te dejés envenenar, ojo, ten cuidado cuando caminas, porque hay un perro en cada esquina y aquí Perro come Perro, así que, a morder primero, para no dejarse morder.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo con que la cuota esta alta, por eso me encanta poder aprender de vos. Esa película es fruto del amor y de querer hacer las cosas bien, de dar un centímetro más de lo que te exigen y de dejar que la pasión por el cine fluya. Me encanta. Por mi lado me declaro culpable de querer hacer una película con mis propias manos, con mi pasión, mi amor, mi entrega, mis problemas, mis miedos, pero sobre todo con la buena vibra de las personas que aman esto.
Gracias Adri por esa energía que me inyectás.
La Monty

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