miércoles, febrero 07, 2007

De Carlos Mayolo

Reproduzco tal como salió en la revista Soho hace algunos meses, sólo Carlos Mayolo habría escrito un obituario de esta forma, se sigue entonces riendo de todo y de todos porque no existirá ni homenaje, ni premio póstumo, ni jolgolorio que logre llenar el vacío que nos ha dejado este gran maestro del cine y de la vida.
Obituario

FOTOGRAFÍA: ALEJANDRA QUINTERO © 2006 "Un panegírico o un obituario sobre uno es no poder visitar la lápida de uno mismo. Es al obtuso una invitación a la vida gastada y al más allá de la muerte, la vida todavía la tengo. Es beber la ambrosía a cada instante, es un reloj que, como el corazón, tiene fuerza para la curiosidad mientras respira. Mi obituario no puede ser después de muerto. La vida es lo que nos mata. Un obituario es como una fórmula matemática donde la inocencia es igual entre la vida y la eternidad. La inocencia me abandona, a veces se vuelve curiosidad y termina en suerte que es la dicha, el júbilo y el entusiasmo que ya no necesita de la libertad. He desterrado la muerte de mi inocencia. Espero vivir al infinito, no necesito morirme, la vida me enseñó que venía del infinito hacia el cero de la muerte. Para qué morirse si sabemos que venimos del infinito. La vida es la nostalgia del principio ignoto. La vida es una suma de júbilos que nos hace olvidar de lo finito. Nadie se quiere morir, por eso, yo no puedo escribir sobre lo desconocido que es mi muerte. La vida me enseñó la revelación y así habló sobre mí, vivo, solo confío en lo que me gusta y me hace feliz. Quiero evitar la muerte porque es un mal ejemplo para la eternidad. Yo no puedo escribir mi obituario porque no creo que he de pasar a la otra vida, pues estoy respirando y bailando. Hago epitafio aquí en esta cuna que no cansa ni mi curiosidad, ni mi inocencia. He abolido los muertos. No creo que mi finito de la vida se sume con lo infinito de lo ignoto. Mi obituario es una carcajada que invita al jolgorio de vida, lo infinito está aquí, hay que vivirlo eternamente. Yo me quedo en la cuna donde nací, que quiero que sea mi ataúd Todos son unos cobardes, los que hablan de la muerte. Morirse es una cobardía, pues es perder la curiosidad. Todo es infinito mientras se baila y se ríe. Mi obituario no hace parte de mi diario, vivo siempre en infinito. No quiero llegar al cero de la muerte".

3 comentarios:

Liliana dijo...

"Mi obituario es una carcajada que invita al jolgorio de vida, lo infinito está aquí, hay que vivirlo eternamente". Era/sigue siendo un genio.

Anónimo dijo...

La inmortalidad es un concepto realmente contradictorio. inalcanzable. místico. irrespetuoso. Una cima a la que nadie llega totalmente. Nombrados como inmortales han aparecido los peores y mejores humanos. Creo que ninguno que la busca la conquista, pero solo aquellos excepcionales beben de su copa.

Carlos Mayolo director, genio y caleño. OTRO QUE SE UNE A LAS FILAS ELITISTAS DE LA INMORTALIDAD.

FIN DE LA TRANSMISIóN

azulquitapenas dijo...

yo me uno a tu carcajada Liliana, a una carcajada de esas bien gocetas, destornillándose de la risa, como sólo él lo hacía

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