viernes, enero 12, 2007

Hallazgos sin compartir

Y bueno, comenzó el año hace muchos días y no había ni tocado el blog, no por la desidia que se acumula en los finales y comienzos, el silencio de alguna manera se encajonó con dos palabras: incapacidad y convalecencia, qué horribles son. Un poco más de un mes en el que estaban prohibidas las caminatas largas, las escaleras, la bicicleta y la natación. Pensé que sería terrible porque nunca había permitido que hasta la más dura de las gripas me tumbara a la cama, siempre me he hecho la boluda con cualquier malestar, pero ésta era obligada, institucionalizada además quirúrgicamente. ¡Y ahora qué voy a hacer si no puedo andar de un lado para otro el día entero! Me iba enloqueciendo de sólo pensar que estaría 30 o más días “en reposo”, pero ahora los agradezco con toda el alma, por varios hallazgos, por reencuentros y maravillosas coincidencias. Leí, bastante, no todo lo que pretendía, pero leí varios libros que tenía por ahí arrumados sin poder tocar. Disfruté otro tanto de pelis que también había dejado a un lado por ene cosas, mis alumnos, las clases y demás. También llegaron a casa unos títulos nuevos, que como dicen los españoles, me pusieron a flipar. Lo mejor… terminé la primera versión de un guión de largo que comencé a mitad de año y rondaba en mi cabeza sin poderme sentar en paz con el fin de terminar, y sí, esa primera versión ya hasta tiene fecha y número en derechos de autor. Si olvido esto, me acribillan, los amigos llegaron de visita y fue hermosa su compañía, la complicidad, el cotorreo, las flores y las frutas, las demostraciones de amor, al fin y al cabo. Entonces no puedo dejar a un lado y sin nombrar, sin compartir, esos agradables encuentros. Cine: una película fantástica, brutal, dos asombrosos personajes que no dejan respirar bien, está catalogada como un thriller psicológico y evidentemente lo es, sin dudarlo hay que mirarla y volver a saborear el “dulce duro” y amargo que nos entrega David Slade, con su Hard Candy, http://hardcandymovie.com/ De veras, es tan buena que sigue rondando en mis recuerdos y hace más de un mes la vi.Otra, o mejor otras que incluyen a un maravilloso dúo: Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga. Confieso que de manera pirata llegó a mis manos Babel, pero la tentación de verla antes del estreno pudo más que el eterno respeto que siento y sentiré por los narradores de historias. Babel perfecciona la propuesta narrativa de estos dos creadores, trípticos alrededor de un hecho, por lo general, el más absurdo, aquello que hemos escuchado tanto, estar en el momento y en el lugar equivocados nos puede cambiar el rumbo total de la vida, el sino, las estrellas que iluminan una flecha u otra, la mujer mexicana que cuida a los hijos de Brad Pitt lo dice con mucho dolor, algo así, no soy mala mi niño, el problema es que cometí un error muy grande; como el error de la escopeta en los niños en Marruecos, o como el sino que se desmiembra en el momento del choque de Amores Perros, y el otro choque en 21 gramos, o los disparos que matan a Melquíades Estrada en la película de Tommy Lee Jones, con la inconfundible narrativa de Guillermo Arriaga.Qué bueno es poder nombrar con tanto orgullo a latinos que alcanzan cada vez peldaños más altos. Se perfecciona Arriaga en su estructura que recuerda a Rashomón y a Pulp Fiction, pero la reevalúa; se perfecciona también González Iñárritu y suena mucho en el Óscar, nos da paso a los otros, ¿y por qué no?, pensamos. Tal vez no sea descabellado, hay proyectos e historias que se hicieron el año pasado y su factura no tiene nada que envidiar, al contrario, muchísimo para mostrar. Antes de la operación pude estar algunos días en el rodaje de Perro come Perro, de Carlos Moreno, de esa película se hablará y bastante, un guión como pocos, la historia es tan brutal, tan verdad, que no deja parpadear. También pude ver apartes de un primer corte de Otros, de Óscar Campo, cada plano es tan perfecto que produce un éxtasis similar a las imágenes de 2046. Pero de esas películas aún no se puede hablar, por eso retomo a los mexicanos, hoy estrenan la de Cuarón, los trailer invitan a momentos demasiado sórdidos y demasiado cercanos aunque se presenten como ciencia ficción. Y seguramente dentro de muy poco Arriaga nos presentará la versión en cine de su novela El búfalo de la noche, de amores extremos, de soledades en una de las ciudades más grande del mundo, caminé de nuevo por el D.F. mientras leía esta novela. Guillermo Arriaga vendrá al Hay Festival, toca casi perseguirlo ahora que estará en Cartagena, hablar con él para que nos cuente sobre sus experiencias porque ya es premio de guión en Cannes y seguramente con Babel acariciará la gran estatuilla dorada.
No quiero extenderme y ya lo estoy haciendo, claro, hubo bastante tiempo y mucho por hacer, por escuchar, como el dulce Jorge Drexler con su Eco, su Deseo y la Fusión, y más por ver, otra que no puedo dejar de nombrar, mi hermana llegó con un encargo que le había hecho, la última película de Wim Wenders, con Sam Shepard y Jessica Lange; el más papacito de los dramaturgos y su esposa, la divina y súper actriz. Tiene toda la atmósfera que recuerda París Texas, infaltable, hay que verla y volverla a ver: Don’t come Knocking.
Y para no alargarme, los últimos días, cuando “levantaron el castigo” y me dieron de alta, salí corriendo para la dichosa Bogotá, cómo es de rico caminar cuando las calles están casi despobladas, con la luna llena del 1 de enero y los cielos de azul enorme que me recibieron en la avenida Jiménez que no me canso de caminar y volver a caminar, con el viento frío que se desprende desde Monserrate. Cómo te quiero ciudad loca, lluviosa, gris y helada, cómo te sigo extrañando, aún no entiendo cómo fui capaz de abandonar tus calles después de tantos años de tu confabularme con tus aires… No más, la nostalgia de nuevo. La próxima será mucho más corta y con nuevas brisas.

4 comentarios:

Andrés David dijo...

Que rico leerte otra vez. Tomo nota (como siempre) de lo que dices y envidio (un poco) ese comienzo de año en el frío de Bogotá.

azulquitapenas dijo...

estoy muerta de la pena con vos, no he podido leer nada de lo que has mandado, en la casa de papá no podía meterme a internet, entonces me actualizo y charlamos, gracias por leerme y comentar instantáneamente, nos debemos un café

Andrés David dijo...

Non te preocupes tu por eso... y el café nos lo tomamos la próxima semana.

Un abrazo.

Liliana dijo...

Qué bueno que ya volviste, que ya estás bien y que nos pasas algunos datos para revisar (Babel se espera ansiosamente por aquí, ya me dirás qué te pareció la de Cuarón).
Un abrazo y ya será distinto entrar a tu blog y ver que lo actualizas, saber que ya estás aquí nuevamente.

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